sábado, 24 de marzo de 2012

Exeunt, exit.

La inseguridad en México nos mata,literalmente.
Se dejo crecer, evidentemente, por los gobiernos...y por nuestro descuido y apatía ciudadanas.


Pedimos a gritos que se remuevan los mandos policíacos y gobernantes cobardes y corrompidos, y se repite ese ingenuo y emocional "Si no pueden, renuncien"
(¿ sí pueden pero no quieren? ¿ sí quieren pero no saben). Ahora bien, ¿a quién se pondría? ¿se probaría interminablemente a otros iguales? Además ¿quién es esencialmente ético para pedir la pena de muerte?
Que alguien tire la primera piedra...

Hay que decirlo:en un país masificado como México, no es posible que sigan ocupando puestos directivos fundamentales sujetos solos, individuales o "personalidades", y que uno -cuya capacidad nadie conoce- decida por y para todos. Deben estar en esos puestos grupos selectos de profesionales, comités, juntas o consejos. No más un solo "iluminado" lenguaraz, o partido político "salvador". Nadie sabe cómo hacerlo (solo).

Consecuentemente, es hora de que se llame ya a una verdadera unión nacional y que desaparezcan temporalmente los partidos políticos -y para siempre los absurdos y vivales "partiditos" - con la finalidad de realizar una profunda recapacitación ciudadana, ética y espiritual, y una revisión minuciosa y profesional de nuestro modelo de gobierno y de política económica, y sus efectos.
Necesitamos líderes intelectuales, basta del político lerdo-verborreico, ya hay que decirlo.. Exeunt,exit.

La delincuencia como una pandemia social, debe ser tratada con métodos modernos, revisando el arcaico y nauseabundo sistema penitenciario reproductor geométrico del crimen impune y generador de rencores sociales.
El delincuente no sale de las cárceles sanado, sino resentido. Además, la delincuencia y la criminalidad son en mucho casos efecto refractor de lo mismo en la clase política y empresarial de "cuello blanco", son su imitación.