domingo, 7 de agosto de 2011

Problemas con mi oído


Cuando entras a un consultorio siempre te pregunta la recepcionista,  del médico la razón de tu visita, y tienes que contestar delante de otros por lo que éstas ahí y a veces, es muy desagradable.

 
No hay nada peor que una recepcionista que te pide que le digas qué te pasa en una sala de espera llena de pacientes.

Una vez entré a un consultorio solicitando una revisión médica y me acerqué a la recepcionista - muy poco simpática - por cierto:
- ¡Buenos días, señorita!

La Recepcionista me respondió:
- Buenos días, señor, ¿por qué quiere ver al Doctor ?

- Tengo un problema con el pene, respondí...
Como algunos se rieron, la recepcionista se irritó y me dijo:

- ¡Señor! Usted no debería decir esas cosas delante de la gente.
- ¿Por qué no ? ... usted me preguntó qué me pasaba y se lo dije...

La Recepcionista - sonrojada - me dijo :
- Bueno, podría haber sido más discreto y disimulado y decir por ejemplo que tenía irritado el oído, la nariz o la garganta y discutir el verdadero problema con el Doctor más tarde y en privado.
Yo le contesté :

- Y Ud. señorita no debería hacer preguntas delante de gente extraña sentada en la sala, si la respuesta puede molestar al paciente. ”
Entonces, sonreí y le dije... bueno, esta bien... entonces salí, y volví a entrar :

- ¡Buenos días, señorita!
La recepcionista se sonrió socarronamente y preguntó frunciendo sus labios :

- ¿Sí? señor, me puede decir por qué quiere ver al Doctor ?
-Pues mire usted, es que “Tengo problemas con mi oído"
La recepcionista asintió levantando y bajando su rostro y se sonrió, viendo que había seguido su consejo y me volvió a preguntar :
- Y… ¿qué le sucede a su oído, señor?”

 
- Pues, no más ¡que me arde un chingo al mear!