domingo, 8 de julio de 2012

ASALTO POÉTICO...

Hacía calor ante la posibilidad de llover. Monterrey entonces se convertiría en una olla de vapor. Carteles de políticos multicolores por todas las calles: verde, blanco y rojo; celeste, blanco y naranja; rojo y amarillo y también verde y blanco. El Mesón Estrella descansando como un lagarto bajo el sol, en aparente calma con una furia y júbilo descomunales en su alboroto, en su vaivén de barco ebrio, en su ritmo, su voz, su canto de naranjas, apio, ajo y todas las frutas del tiempo. La gente impaciente ante la llegada del Metro en la Estación Cuauhtémoc, con el sudor resbalando de sus sienes a su boca. La Calle Morelos, tan efectiva como siempre, con sus transeúntes perdidos por la pérdida de sus convicciones, estudiantes sonriendo, aparadores mostrando modelos imposibles. Y de pronto una voz, un estruendo: ¡Esto es un asalto poético!, emitido desde un megáfono. Eso es lo que algunos recuerdan: “ Una muchacha sosteniendo entre sus manos un libro. Poesía, sí, eso es lo que parece estar leyendo ” . La gente en el mercado, en el Metro, en la calle no comprende el acto mientras ella termina de leer y se aleja, sin explicación alguna, seguida de un grupo de jóvenes. Alguien decide rastrearla pero ya es muy tarde, pues se ha perdido entre las sucias calles de la ciudad. El acto se ha consumado sin que nadie pudiera meter ni siquiera las manos, taparse sus oídos con los dedos, audífonos o la indiferencia: un asalto poético. Bajo el nombre de “ La poesía con qué se come ” , Denise Longoria y Denise Márquez, ambas estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL iniciaron un proyecto de iniciación literaria siendo “ Asaltos poéticos ” la primera etapa. “ Se trató de acercar la literatura a la gente y sacarla a las calles, principalmente la poesía. Estamos muy condicionados en pensar que necesitamos de un intermediario para acercarnos a la literatura, especialmente a la poesía. Además esos intermediarios siempre generan una predisposición en los lectores ” , indicó Márquez. Ambas jóvenes comentaron que desde su opinión, pocos son los escritores que se están arriesgando a sacar la poesía de los lugares climatizados. Por eso decidieron acercar la literatura a la gente sin intermediarios. La cantidad de respuestas por parte de los “ asaltados ” fue muy variada, inclusive “ rica ” , señaló Longoria. “ La mayoría de las personas se veía que lo estaban disfrutando aunque no entendieran qué estaba pasando. Por eso era un asalto, llegar, decir e irte, sin dar un tipo de explicación. La poesía crea algo en el oyente. Cuando es un evento formal la gente piensa que no entiende qué es la poesía ” , señaló. Para Márquez, la poesía se ha “ aburguesado ” tanto que la gente reacciona mal ante ella. Longoria secunda este comentario indicando que esta crisis tiene mucho que ver con los poetas y su interacción con el mundo real. “ Se piensa que tienes que ser muy culterano para entender la poesía . El asalto no permitía la oportunidad de decir no. Era un hecho que sucedía ahí del cual eras parte por ir de transeúnte en la calle, de estar comprando en los mercados, las cantinas o donde nos acercamos ” . Para esta primera etapa Márquez y Longoria se sirvieron de voluntarios, llamados por ellas “ asaltantes ” , pues desde el principio quisieron evitar el discurso de “ poetas para poetas ” . “ El poeta sólo es un medio para expresar toda la poesía que existe. Es muy bonito ver a tantas personas ayudándonos a compartirlo ” , indicó Longoria. Zombie Cuando un sector de la sociedad acusa a las televisoras de idiotizar al pueblo con programas para “ zombies ” , éstas reaccionan proclamando que hacen lo que hacen porque la gente lo pide. “ No nos damos cuenta cómo el discurso permea la realidad. A fuerza de tanto repetir qué es lo que queremos nos hacen creer que es verdad. A nosotros como sociedad la ausencia de discurso poético nos ha quitado la posibilidad de creer que puede haber un porvenir más chido. Todo el tiempo estás siendo bombardeado por un discurso violento en las noticias, todo mundo quiere ver lo que está mal y nadie se da tiempo de llevarle a la sociedad lo que está bien o es por lo menos lo que permite imaginar a la gente otro tipo de realidad. Esa es la maravilla y función terapéutica de la familia ” , comentó Márquez. El transeúnte está constantemente relacionándose con panorámicos, con anuncios radiales, con una televisión salvaje. El ocio es un potro indomable, y pareciera que en un lugar como Nuevo León ser poeta es mal visto, pues la sociedad condena a los artistas como unos vagos ociosos. “ El hecho de estar sentado aparentemente no haciendo nada no significa realmente, puedes estar pensando. Pero en esta sociedad como que se tiene en muy mal estima el pensar ”. Ambas indicaron que programas de televisión donde se muestran traseros turgentes, senos al aire y brazos musculosos van hacia el despertar de los sentidos más básicos. Mientras que la poesía despierta la intuición. Además, agregaron que dentro de la poesía existe otra música muy distinta para el oído. Brenda de la Torre, quien estuvo como “ asaltante ” voluntaria, considera que dentro de la poesía existe toda una posibilidad de jugar. “ Yo nunca había leído poesía en voz alta. En el sentido de la musicalidad de las palabras la gente se queda pasmada. En el Metro nos pasó que se quitaron los audífonos para escuchar. Yo había leído en otro tipo de espacios y hacerlo como lo hicimos rompe completamente con todo ” . La clase media: gran responsable Márquez indicó que Monterrey es una clase muy burguesa que siente saberlo todo, y agregó que el discurso de los escritores que publican y los becados es tan anácronico. “ Creo que gran parte de la responsabilidad de que no haya diálogo entre la sociedad es de la clase media. Una persona no es la institución, sino que la sociedad es la que genera las instituciones. Espesado porque te das cuenta que la clase trabajadora se sienten descobijados por el arte. Se sienten habidos de entablar ese diálogo entre la producción estética y cultural de toda una sociedad con esa clase trabajadora”, apuntó. Como estudiantes de literatura, la actitud de sus colegas “mayores” les deja un panorama desesperanzador. “Todo mundo se queja de que hay proyectos que no se apoyan. Pero si tomas un megáfono y te sales a cualquier esquina o al Metro, hay siempre gente receptiva. El asunto es que se 'rockstarean' y piensan que su trabajo tan relevante que no puede ser escuchado por los mortales”. Comentó Márquez. Señalaron que muchos se volvieron autores y dejaron de ser escritores. Viven la vida de otros. Hace 20 años era común escuchar el nihilismo del artista para con la sociedad. “Pero hoy en día donde se vive en una ciudad desmoronándose a pedacitos, te das cuenta que lo urgente es incidir en la sociedad”, expresó Márquez. Longoria retó a los artistas regiomontanos a aportar algo para la sociedad que los vio nacer. El oficio Pareciera que el oficio de artista no está dignificado, pues no se paga como el de un abogado o un ingeniero. Las pocas oportunidades para hacerse de recursos y llenar el estómago como es debido, se centran en las becas, cuyas convocatorias arrojan resultados polémicos en la mayoría de las veces. “Creo que tiene que dignificarse el oficio de los escritores. Es necesario que podamos vivir de lo que sabemos y nos gusta hacer. Los criterios deben cambiar. Estoy harta de ver los resultados de las convocatorias y ver que gana gente que no quiere salir de lugares climatizados, que no quiere salir a presentar su obra. Quiero ver esos recursos federales y estatales aplicados a las nuevas voces”, acusó Márquez. Longoria apuntó que al no producir bienes de consumo para la sociedad, el arte es visto como algo inútil. “Muchas veces es incómodo, porque aunque crea muchas reacciones muy hermosas te hace pensar que no está chido en donde vives, que no está chido lo que está pasando, lo que te rodea. Te hace pensar y la gente a veces no quiere pensar”. Patrimonio Si estos “asaltantes” pudieran ser capturados por las autoridades, un acto no muy lejano de la realidad, debido a sus actos de “agitación social”, ¿con qué podrían responder ante la autoridad si no cuentan con dinero en los bolsillos, ni un patrimonio tangible? Lo único que tienen es la experiencia de la literatura. “Es maravilloso. Ha sido un proceso largo y con el tiempo me he dado cuenta que el proceso escritural lo mejor que me ha dejado es poder depurar mis ideas para acercarme a lo que verdaderamente soy. Ha sido como un filtro de cosas, me ha ayudado a depurar una idea de mí y de la sociedad en la que vivo”. “Es muy satisfactorio poder expresarme. Me gusta poder compartir y que me escuchen. Cuando el lector o receptor lo toma me parece muy satisfactorio, es mi manera de incidir en la sociedad”. “Yo no escribo poesía, pero leo para mí y para otros. Creo que la lectura es un medio para conectarte con la otra persona. Creo que desde la lectura puede trabajarse cualquier tema. Al darles otra posibilidad de ver las cosas pueden enfocarse en otras cosas”.