domingo, 23 de septiembre de 2012

Recuerdos de la cinco....

Existe una palabra por la que tengo especial antipatía. Ella es :"disciplina"

Recuerdo que cuando niño fui "disciplinado" por una robusta maestra que impartía el quinto año de primaria. Su recurso preferido era hincarnos sobre arena, en medio del patio de recreo con los brazos extendidos sosteniendo una piedra en cada mano. 

El espectáculo de la  crucifixión duraba generalmente el tiempo del recreo y ante el regocijo de toda la escuela, gritando al unisono ¡burro!, ¡burro!...

Tenia otros métodos poco ortodoxos como el típico jalón de patillas, de oreja y el regla-so en la mano.

Todavía no puedo imaginar como aquella mujer podía suponer que de esa forma nos corregiríamos.
Muchos la odiábamos pero cosa curiosa, nuestra rebeldía crecía y era admirada por nuestros compañeros y cada día eramos mas traviesos y gozábamos cuando la mortificábamos impunemente.

Hoy siento admiración por la profesora Carmelina. Su concepción errónea de la forma de diciplinar a sus alumnos la hizo odiable  pero a su vez hizo hombres de bien. Esto no quiere decir que el fin justifique los medios.

Y es que ella, al igual que muchos maestros traducen la palabra disciplina como sumisión, servilismo, carencia de iniciativa y olvidan que una escuela, por ser formativa, debe encauzar la energía del alumno para hacerlo comprender y aceptar por convencimiento las normas que rigen la sociedad donde se desenvuelve.

Lo curioso es que todos sus alumnos la recordamos con admiración y es que todos fueron extraordinariamente honrados, y eso yo nunca lo olvidaré...