viernes, 2 de diciembre de 2011

Merry Christmas and Happy New Year...AUNQUE SÓLO SEA POR UN MES.

La Navidad inició como una celebración religiosa que transfiguró en el evento mercadológico más importante del año. Poco a poco, el significado original de la Navidad fue desvaneciéndose hasta convertirse en una especie de fiesta laica que celebra el materialismo. Sin embargo,no todo se puede satanizar, la Navidad también es un motivo para reunir a las familias y fomentar la convivencia; es una explosión nostálgica, también un escape.
Durante las décadas de los cincuenta y los sesenta, la gente esperaba con ansia a que las grandes avenidas se llenaran de luces en diciembre. Personas de todas las edades y clases sociales se reunían en las tiendas de mayor prestigio sólo para admirar lo que venia del otro lado.
Definitivamente, aquella era una época de mayor inocencia, hoy las posadas son borracheras y las ventas nocturnas son mucho más emocionantes que cualquier espectáculo de luces. La Navidad  se ha esparcido por el mundo como un producto más de la globalización. Basta con decirle que hasta los chinos celebran la Navidad. Iluminan sus hogares con linternas de papel y "árboles de luces" que decoran con cadenas de flores. Los niños cuelgan medias de muselina y esperan la llegada de Santa Claus, a quien ellos llaman Dun Che Lao Ren, que significa "El viejo hombrecito de las Navidades."
En estos tiempos de amor al marketing, las tradiciones milenarias suelen convertirse en productos de consumo. El día de Muertos, los bailes prehispánicos, las piñatas y las máscaras de luchador.... Todo va perdiendo su valor simbólico y va ganando un valor monetario. Lo mismo ha sucedido con la Navidad. No obstante, al menos la mercadotecnia se ha encargado de darle a esta fiesta un cariz de unión y esperanza que nos invita a sintonizar una frecuencia más armónica. (aunque sólo sea por un mes).