martes, 27 de diciembre de 2011

Propósitos para el año 2012...



"El año no termina el 31 de diciembre. En todo caso, seria más natural que concluyera el último día de invierno para dar paso a la primavera, sin embargo, sentimos que un ciclo termina.
El 2011 se va para siempre y nos deja a los pesimistas el sentimiento de que pudo haber sido mejor, de que la vida es una porquería y que más valdría aventarse del Faro de Comercio."

La vida no es vida, no entendemos por qué estamos aquí o por qué queremos seguir aquí. La amenaza del infierno nos hace mitigar toda idea de autodestrucción, así que nos programamos para seguir, aunque sea sin ningún objetivo; guiados por cualquier cosa, excepto por nuestros verdaderos deseos. Estamos seguros de que debemos rendirnos ante el verdugo más voraz de todos, el que se posa frente al espejo cada vez que nos miramos, tan cínico que la mayoría de las veces nos dice: "hoy no te ves tan bien y no me pareces tan listo". Así sales a trabajar, cabizbajo, por necesidad, de mala gana; el tiempo se te va, no manas, te sedimentas, no haces gran cosa, no produces, puede ser que envejezcas viendo pasar la vida: año con año, lo mismo; sólo que más viejo, más canas, más sueños sin cumplir.Ya no conociste Europa antes de los 40.

Una idea te atormenta: no eres egoísta, eres buena persona, haces todo lo que te dicen que produce felicidad, pero ésta sólo se asoma tímidamente. Te matas en el gimnasio para tener un cuerpazo, haces yoga para equilibrar tus chacras, has estudiado un posgrado, tienes una familia a la que quieres, eres apreciado en tu círculo social y disfrutas de buenas fiestas. Aún así, no hay nada.

La frustración, en sentido lato, es el estado en el que se encuentra el individuo ante la incapacidad de poseer el objeto que codicia. En la medida en que nos ilusionamos con propósitos de Año Nuevo, creamos una serie de fantasías que a veces se contraponen; hacemos una especie de "yo ideal" y nos apegamos a la idea de que este año podremos convertirnos en el personaje de alguna súper producción hollywoodense.
Dicha creencia nos produce una satisfacción inmediata que acaba dinamitándose por estar fundamentada en un modelo ajeno, inacabado, imposible. Tal vez, en lugar de concentrarnos en lo que no hemos logrado, deberíamos focalizarnos en lo que sí hemos hecho. Claro que es posible inducir una sensación de bienestar, pero no desde la comparación estéril, sino desde la evolución personal.

Los propósitos de Año Nuevo son un cruel recordatorio de lo que no hemos alcanzado, hacen que nos enfoquemos en nuestras carencias y fallas, que nos olvidemos de lo que hemos hecho bien. En lugar de exaltar nuestros defectos y angustiarnos por nuestras debilidades, propongo que hagamos una lista de cosas que nos gustan de nosotros mismos.

¿A quién engañamos?, tal vez nunca volvamos a ser talla treinta y seis, pero tenemos cosas por las cuales estar contentos.
La vida debería tratarse más de lo bueno que se tiene, que de las deficiencias.
Atesorar nos brinda seguridad y nos ayuda a seguir adelante. La crítica es buena, pero no la mordaz que nos destruye y nos hace sentir apocados. Nuestras virtudes son grandiosas, así que celebrémonos con cada sorbo de sidra; no por comodones, sino por compartidos. Todos tenemos que darnos al mundo, pero ¿cómo hacerlo si no sabemos los recursos con los que contamos, lo positivo que tenemos y lo maravillosos que somos?

Que este año nos ovacionemos no significa que no tengamos retos o que seamos doblegados, sino que somos magnánimos y agradecidos con la vida. Reconociendo nuestras fortalezas será más fácil lograr nuestros objetivos

Lista de propósitos para el año 2012:

1. Crear un periódico escolar mensual
2. Que la soberbia no sea la madre de mi falta de autocrítica
3. Reírme de mi estupidez.
4. Tratar de ver con los ojos del alma
5. Involucrarme en una causa social aunque sea en la de Javier Sicilia
6. Tratar de ser más espiritual.